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jueves, 10 de enero de 2013

Escultura

Se llama escultura (del latín sculptūra) al arte de modelar el barro, tallar en piedra, madera u otros materiales. También se denomina escultura a la obra elaborada por el escultor.1
Es una de las Bellas Artes en la cual el escultor se expresa creando volúmenes y conformando espacios. En la escultura se incluyen todas las artes de talla y cincel, junto con las de fundición y moldeado. Dentro de la escultura, el uso de diferentes combinaciones de materiales y medios ha originado un nuevo repertorio artístico, que comprende procesos como el constructivismo y el assemblage. En un sentido genérico, se entiende por escultura la obra artística plástica realizada por el escultor.
Giorgio Vasari (1511-1573), empieza Le vite de' più eccellenti pittori, scultori e architettori con un prólogo técnico que habla de arquitectura, escultura y pintura, unas disciplinas agrupadas bajo la denominación de «artes del diseño». La obra es un tratado informativo y valioso sobre las técnicas artísticas empleadas en la época. En referencia a la escultura comienza así:
... el escultor saca todo lo superfluo y reduce el material a la forma que existe dentro de la mente del artista.
Desde tiempos remotos el hombre ha tenido la necesidad de esculpir. Al principio lo hizo con los materiales más simples y que tenía más a mano: piedra, arcilla y madera. Después empleó hierro, bronce, plomo, cera, yeso, plastilina, resina de poliéster y plásticos con refuerzo de fibra de vidrio, hormigón, la cinética y la reflexión de la luz, entre otros. La escultura tuvo en su principio una única función, su uso inmediato; posteriormente se añadió una función ritual, mágica, funeraria y religiosa. Esta funcionalidad fue cambiando con la evolución histórica, adquiriendo una principalmente estética o simplemente ornamental y llegó a ser un elemento duradero o efímero.
Las primeras manifestaciones escultóricas se remontan al Paleolítico inferior, cuando el hombre cortaba el sílex percutiendo contra otra piedra. Posteriormente utilizó el grabado, el relieve en piedra y en huesos de animales. Hace unos 27.000 y 32.000 años aparecen representadas unas exuberantes figuras humanas femeninas de piedra, en una exaltación artística de la fertilidad;3 son las «venus paleolíticas», como la Venus de Willendorf y la Venus de Lespugue.3 Durante el período magdaleniense se utilizaron bastones y propulsores con motivos ornamentales. En el Paleolítico superior, los ejemplos más abundantes son tallas u objetos grabados que evolucionaron desde una fase más primitiva, con decoraciones más esquemáticas, hasta llegar a la representación de figuras animalísticas que se adaptaban a la estructura del hueso.2 La arcilla también fue un material habitual. Las primeras piezas escultóricas que se conocen proceden de Egipto, China, India y el Cercano Oriente, lugares donde hacia el 4000 a. C. ya existían hornos para fabricar objetos de alfarería.4
Uno de los avances más importantes en la historia de la escultura fue el poder trabajar el metal—primero el bronce y luego el hierro—, que sirvió para fabricar herramientas más eficientes y, además, obtener un nuevo material para realizar obras escultóricas. El proceso de construcción de la obra primero en arcilla y luego vaciarla en bronce ya se conocía en las antiguas civilizaciones griegas y por los romanos, y es el sistema que actualmente, en el siglo XXI, todavía se utiliza.5 A partir del siglo V a. C., en el último periodo del Edad del Hierro, los celtas desarrollaron la cultura de La Tène, propagándose por toda Europa; representó una evolución del arte de la cultura de Hallstatt. En la decoración de todos sus objetos, espadas, escudos, broches y diademas, se pueden observar motivos de animales, plantas y figuras humanas. A partir del siglo III a. C. se acuñaron las primeras monedas siguiendo los modelos helénicos, así como obras figurativas como el Dios de Bouray, realizado en chapa de cobre repujada.6

Antigüedad

Del arte púnico y grecopúnic se conservan muchas estatuas, en general femeninas, y bustos de barro cocido, junto con una diversidad de amuletos de marfil y de metal que se descubrieron en las necrópolis de Ibiza y Formentera. Se calcula que las más antiguas son obras del siglo VIII a. C. y su fabricación tuvo continuidad hasta muy avanzada la dominación romana. En cuanto a la escultura ibera las obras encontradas son de piedra y bronce y provienen de tres grandes áreas del sur, centro y el levante de la Península Ibérica, destacando el excelente busto de piedra de la Dama de Elche, de inspiración griega.7
La estatuaria arcaica fue principalmente religiosa. Los templos se decoraban con imágenes de los dioses, de sus hazañas y batallas, y las figuras eran poco realistas. Las korai y los kouroi no son retratos de personas concretas, a los rostros se les ponía una sonrisa ficticia, un gesto facial conocido en el mundo del arte como «sonrisa arcaica». De este periodo cabe citar la Cabeza de Dipilón, fragmento de una estatua colosal de mármol del siglo VI a. C. y el Jinete Rampin (c. 560 a. C.) obra posterior que presenta un tratamiento más cercano al naturalismo.8 La escultura griega alcanzó un elevado grado de perfección, calidad que venía impulsada por la búsqueda de una mejor expresión de la belleza de la figura humana; llegaron a establecer un canon con unas proporciones consideradas «perfectas». Desgraciadamente, el Auriga de Delfos, la pareja de los Bronces de Riace junto con la del Dios del cabo Artemisio forman parte de las pocas esculturas griegas en bronce que se conservan completas.9 Uno de los artistas más significativo del período clásico fue Praxíteles, autor del magnífico Hermes con Dioniso niño . Durante el período helénico se observa que en la creación de esculturas, hay una clara intención de intensificar el movimiento y acentuar las emociones como se puede observar en el conjunto escultórico de Laocoonte y sus hijos.10
La escultura etrusca (siglo IX a. C.-siglo I a. C.) derivaba del arte griego, pero también realizaron obras con unas características propias.11 La estatuaria vinculada a los contextos fúnebres es, la producción etrusca más abundante y el material de elección, por regla general, era la terracota, como el célebre Sarcófago de los esposos.12 Posteriormente, la escultura romana recibió la influencia de la etrusca y de la griega, y los artistas romanos llegaron a realizar numerosas copias de obras griegas. Cabe destacar las esculturas conmemorativas, como las de la Columna de Trajano (114), donde se narran varias batallas en una espiral continua que ocupa toda la superficie de la columna, o la Estatua ecuestre de Marco Aurelio.13 Pero uno de los tipos de escultura que más desarrollaron fueron los retratos, obras realistas con un marcado carácter psicológico que se realizaron en todo el Imperio Romano.14

Edad Media

Las obras escultóricas más destacadas del Imperio Bizantino son los trabajos ornamentales de los capitels; hay buenos ejemplos en San Vital de Rávena. Eran habituales los relieves en marfil aplicados en cofres, dípticos o la célebre Cátedra del obispo Maximiliano, una obra tallada hacia el año 550.15 Es característico de la arte otoniano las pequeñas esculturas en marfil y bronce a las que se añadían incrustaciones de piedras preciosas. También de bronce son las puertas de la iglesia de San Miguel de Hildesheim, una obra emparentada con el arte bizantino y el arte carolingio. Cabe destacar las imágenes de madera recubiertas de oro que se utilizaban como relicario. Entre estas, destaca el Crucifijo de Gero (siglo X), en madera policromada, que se encuentra en la catedral de Colonia.16
La escultura románica (siglo XI-siglo XIII) estaba al servicio de la arquitectura y se encuentran muchos ejemplos en torno a las grandes rutas de peregrinaje, como la del Camino de Santiago.17 Los escultores trataron diversas partes de las iglesias — tímpanos, portadas y capitels con historias sobre temas bíblicos—, con un gran realismo. El Maiestas Domini y el Juicio Final fueron los temas iconográficos más representados.18 El material más empleado fue la madera, que era usada para la elaboración de imágenes de devoción como las «Vírgenes con Niño», muy representadas por toda Cataluña y por el sur de Francia. Pero, la imagen más importante del románico, fue el Cristo en Majestad, destacan el Volto Santo de Lucca, en la Catedral de Milán, y también el Cristo de Mijaran y la Majestad de Batlló en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.19
La puerta de la Catedral de Chartres (1145) es uno de los primeros ejemplos de escultura gótica, y en ella, entre otros personajes, están representados animales fabulosos que dan forma a las gárgolas. En Alemania, tanto en el exterior como el interior de la Catedral de Bamberg (siglo XIII) se encuentran unas esculturas muy significativas, un buen ejemplo es la la Estatua ecuestre del Caballero de Bamberg. Una innovación son las esculturas sobre temas dramáticos, con escenas de la Pasión de Cristo y la Piedad. Al final del período gótico, en Alemania se realizaron unos magníficos retablos, ejecutados por artistas como Tilman Riemenschneider y Veit Stoss. En el reino de Castilla trabajaron los escultores Gil de Siloé y Alejo de Vahía.20 En cuanto al reino de Aragón, Aloi de Montbrai realizó el Retablo de los Sastres de la Catedral de Tarragona y Pere Moragues esculpió el sepulcro de Fernández de Luna, pieza que se encuentra en la Catedral de San Salvador de Zaragoza. También cabe destacar el relieve de San Jorge del Palacio de la Generalidad de Cataluña ejecutado por Pere Joan.20 Claus Sluter, artista flamenco, realizó la portada de la cartuja de Champmol (Dijon) y un pedestal del pozo del claustro conocido como el Pozo de Moisés. En Italia, en Pisa y Siena, los escultores Nicola Pisano y su hijo Giovanni Pisano dejaron obras de gran calidad, donde ya anuncian el paso hacia una nuevo tipo de escultura.21 20

Edad Moderna

Los historiadores de arte consideran que la escultura renacentista se inició con el concurso para realizar las puertas del baptisterio (1401) de la ciudad de Florencia, al que se presentaron Filippo Brunelleschi y Lorenzo Ghiberti.22 La nueva forma artística del renacimiento se inspiraba en la escultura de la antigüedad clásica, buscando una total exaltación de la belleza. La matemática se convirtió en su principal ayuda, con la aplicación en todas las artes de determinados principios y leyes como, por ejemplo, la perspectiva. Surgieron grandes mecenas, como los Médici de Florencia, los papas de Roma, además de cardenales, príncipes y también los gremios.23 En esta época la escultura prácticamente quedó desligada de la arquitectura y los personajes representados mostraban expresiones llenas de dramatismo, se puede observar en esculturas de Miguel Ángel como, por ejemplo, el David. Durante las diferentes etapas del quattrocento y del cinquecento en Italia se realizaron las mejores obras del renacimiento gracias a la actividad de grandes escultores como Donatello, Jacopo della Quercia, Luca della Robbia, Andrea del Verrocchio y Miguel Ángel, el gran artista representativo.24 En el resto de Europa fue incorporandose el nuevo estilo un poco más tarde y por influencia directa de Italia y sus escultores. Muchos de ellos viajaron a otros países: Andrea Sansovino lo hizo a Portugal y Pietro Torrigiano a Inglaterra, este artista fue más tarde a España, donde también trabajaron Domenico Fancelli y Jacopo Florentino junto con los escultores de origen francés, Felipe Bigarny y Juan de Juni. Cabe destacar los trabajos de Bartolomé Ordóñez en Barcelona, en el trascoro de la catedral de la ciudad, y de Alonso Berruguete en Castilla. En los Países Bajos, Conrad Meit fue un especialista de retratos y Jacques du Broeuq realizó numerosas obras y fue el maestro de Giambologna que desarrollaría su obra en Italia. En Francia se realizaron esculturas con gran influencia italiana, así, a Pierre Puget era considerado como el «Bernini francés».25 Uno de los temas más habituales fueron los monumentos sepulcrales, donde la figura del yacente era tratada con un gran realismo; por ejemplo, el Memorial de René Chalon de Ligier Richier.26
Giambologna es el que presenta en su escultura, como El rapto de las sabinas , el estilo del manierismo. A finales del cinquecento, los escultores trataron las figuras alargando sus proporciones y mostrando unos posados artificiales y opuestos —mujer y hombre, vejez y juventud, belleza y fealdad—, y con la sinuosidad de unas formas en (serpentinata), una especie de movimiento de rotación de las figuras y los grupos escultóricos.27 El Concilio de Trento (1545 - 1563) marcó una nueva orientación en las imágenes religiosas; Gian Lorenzo Bernini —autor de David, Apolo y Dafne y Éxtasis de Santa Teresa—, fue el escultor que más influyó en el escultura barroca, donde se buscabann efectos emotivos y dramáticos.28 En Francia destaca la obra de Simon Guillain y de Jacques Sarazin haciendo retratos de la nobleza, la tumba del cardenal Richelieu realizada por François Girardon y las esculturas del jardín del Palacio de Versalles de Pierre Puget.29 En este periodo, la producción de escultura religiosa en España es sorprendente, con esculturas para interiores de iglesia, fachadas, devociones particulares, y para las procesiones de Semana Santa; surgieron dos grandes escuelas: la castellana y la andaluza. Entre los escultores se pueden destacar a Gregorio Fernández, Juan Martínez Montañés, Francisco Salzillo, Pedro de Mena y Alonso Cano.30
A mediados del siglo XVIII, las orientaciones de Winckelmann «de alimentar el buen gusto en las fuentes directas y tomar ejemplo de las obras de los griegos», hizo que muchos artistas se dedicaran a copiar en lugar de imitar; llegaba el neoclasicismo. La obra de Jean-Antoine Houdon, originalmente barroca, adoptó un carácter sereno y un verismo sin detalles anecdóticos, en un proceso para conseguir la belleza ideal de la antigüedad clásica; retrató muchos personajes del momento, como Napoleón, Jean de la Fontaine, Voltaire, George Washington. Pero el escultor más conocido e innovador fue el italiano Antonio Canova, un autor muy versátil, a caballo entre el barroco, el rococó y el neoclasicismo. Por su parte, la producción de Bertel Thorvaldsen siguió la línea más ortodoxa del neoclasicismo, con una expresión más fría y estática.31 En Cataluña, se destacó Damià Campeny, que viajó a Italia i recibió la influencia de Canova, igual que el andaluz José Álvarez Cubero.32


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